¿Qué nos puede dejar un día que empieza a las seis de la mañana con el almuerzo ya preparado?
Cosas buenas, seguro. Y ya que estamos, yo quiero aportar mi granito de arena, asi que aprovecho para compartir, no digo un tutorial porque no me considero una experta, si no más bien una experimentadora, pero si un paso a paso de como hice el acolchado para la cuna de Sol.
Como ya conté
acá, tenía guardado desde hace tiempo el comienzo de lo que pretendía ser un acolchado para la cama de Clara pero que al final no fue.
O sea que la parte de cortar los cuadraditos de papel cuadriculado (en mi caso usé hojas de Billiken lo cual no recomiendo salvo emergencias como en mi caso) del tamaño que queremos que quede el cuadrado de tela, cortar la tela un cm cuadrado más grande e hilvanarlo al papel, se las debo. Cualquier duda me preguntan.
[el hilo de bordar que me mandó mi tía Tachi de Bs. As. Gracias.]
Lo que tenía, entonces, era una parte de los cuadrados ya cosida, y el resto de los cuadrados ya hilvanados. Asi que empecé por armarlo. Para esta parte, antes de coser todo, hay pensar el diseño que queremos, armarlo en el piso o mesa a modo de prueba y una vez que nos gusto y sabemos bien por donde va la cosa, darlos vuelta de a uno, y numerarlos para que al momento de coser no hagamos lío con el orden.
Después empezamos a coser cuadradito por cuadradito, revés con revés, hasta tener la pieza unida.
Ya podemos sacar con mucho cuidado los papelitos y empezar con la parte más linda para mi: apoyamos la tela que nos quedó sobre una guata del mismo tamaño, y empezamos el quilteado, con hilo de bordar.
[acá se puede ver cada cuadrado hilvanado al papel y numerado]
Para no desviarme de la buena senda, yo uso cinta de papel para marcar por donde quiero quiltear. Sé que hay lápices especiales, que deben ser buenísimos porque te permiten quiltear con formas no rectas, pero acá no consigo. No recomiendo usar lápiz común; una vez lo hice porque me dijeron que salía muy fácil al lavarlo y no fue así para nada!
Para terminar decidí unir todo con un bies. Elegí para la parte de atrás una rayadito rosa y blanco, primero porque fue lo único potable que encontré en el pueblo y segundo porque al final me encantó! Como todavía no aprendí a usar la máquina, y estaba muy apurada como para aprender, me fui a lo de mi amiga Caro y me lo cosió ella mientras yo le cebaba mate. Y acá un gracias gigante porque me dedicó un tiempo que no le sobraba para nada!
[Así quedó. Falta una lavadita y planchado]
[La parte de atrás]
Siempre pienso en cómo lo que voy tejiendo o cosiendo va quedando impregnado de los momentos que voy viviendo mientras lo hago. Las charlas, las interrupciones, la música, las risas, algún grito. El sol de la siesta sentada afuera con el canto de los pájaros o el fueguito porque hace mucho frio. El mate, obvio, siempre presente. Estoy convencida de que el resultado esta lleno de toda esa vida. En este caso sentí no solo un montón de amor por estar haciendo un regalo de bienvenida al mundo para la beba de mi amiga, algo que la va a abrigar y acunar, si no una alegría y un placer inmensos. El plus fue sentir el circulo de mujeres involucradas que participaron ayudando con el diseño, con la entrega y con la costura. Clarita, mi tía Lia que lo llevó, mi amiga Caro que lo terminó, esa tela Beatrix Potter que usé que era de la chichonera de Anita (que es ahijada de mi amiga) cuando era bebé pero que nunca usé...todas esas manos de amor nutriendo un regalo que algún día va a contar otras historias unidas a todas éstas.